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Esta especie de decaimiento dio paso a la "Nueva Escuela", ya que a mitad de los años 90´ explota otra fiebre por este movimiento cultural. Surgen nuevos grupos que con su juventud terminan de construir el edificio que cimentó la "Vieja Escuela". De ese periodo las bandas más destacadas son Demosapiens, NCS, Los Araya, etcétera. Con eso, Bombero Ossa se hace pequeña y obliga a cambiar el centro neurálgico del hip-hop en Santiago. La nueva casa era Estación Mapocho.
Comienza a masificarse el movimiento. Fue clave en esta expansión el primer álbum del grupo Tiro de Gracia, "Ser Humano". Nuevamente todos los ojos del país se centraban en el hip-hop. No obstante, tal como pasó en Estados Unidos, el mercado estrujó a más no poder las ramas del movimiento. Si bien se editaron discos notables como Aerolíneas Makiza, también se lanzaron bodrios que dejaban mucho que desear.
De igual forma, aun siguen vivos colectivos que ven en el hip-hop una salida de escape, la principal arma para manifestar su descontento y una importante herramienta educativa. Organizados en torno a talleres dirigidos a jóvenes y niños continúan con la esencia de antes. Uno de los más importantes es la Red de HIP HOP Activista.
En la actualidad los grupos que han mantenido vivo el movimiento son los que transitan en la escena subterránea. Muchos pretenden catalogar a esta tercera generación como la "Novísima Escuela". Veamos si se sienten cómodos con tal calificación. De lo que no hay duda es que la caja y el bombo seguirán sonando, que siempre habrán muros por pintar y que una tabla de cholguan acogerá a quien quiera bailar sobre ella.